Me llamo Nina, nací en Brasil, un país de textiles vibrantes, frutos de todos los colores y una naturaleza impresionante. Tuve la suerte de crecer rodeada de telas con las que me gastaba la imaginación jugando en el taller de costura de una empresa familiar dirigida por mi tía Mari (una mujer inspiradora). Fue allá que empecé mi primera actividad comercial, con tan solo 12 años, diseñando y fabricando gomillas de pelo hechas de sobras de telas, en una máquina de coser Overlock industrial. Una actividad lucrativa en su época, y sostenible por cierto.
El arte siempre estuvo presente en mi vida, ya sea con fotografía, pintura de lienzos o paredes (lo siento mamá). El mar es otra de mis pasiones, soy instructora de submarinismo, y aunque ahora es parte de mi vida recreativa, se ve reflejado en mis trabajos de diseño este «sentir flotar» maravillosamente.
Fuera del agua, me encanta vestir cómodamente, ser la espectadora  de una puesta de sol impresionista, deliciarme con zumos de sandía y jengibre y sorprenderme  con histéricas crisis de risas que terminan con cólicos abdominales y falta de aire…
De la combinación de todos estos elementos nace Feel Float, una marca de ropa que es parte de un cambio, que viene para transformar y crear nuevas posibilidades, actuando éticamente.